Habana (PL).- Miles de objetos recorren el espacio, y los terrícolas
estamos sin preocuparnos demasiado de que un día podamos correr la misma suerte
de los dinosaurios hace 65 millones de años.
Claro, aquellas criaturas no
tenían un La cerebro tan desarrollado como para planificar a futuro o inventar
sofisticados aparatos que hubieran podido evitarles tan aciago final.
Ahora, los humanos estamos aquí en pleno siglo XXI estudiando lo que
sucede "allá afuera" y diseñando proyectos que nos permitan desviar
cualquier posible impacto de un objeto extraterrestre tan grande como Eros, por
ejemplo, cuya envergadura es de 34 kilómetros y que nos pasó cerca el miércoles
1 de febrero, sin tocarnos, a 26,7 millones de kilómetros.
Aunque por ahora cualquier riesgo de impacto parece ser lejano, la
historia geológica del planeta justifica estar preparados, considera un equipo
internacional de científicos que desarrollan una iniciativa llamada NeoShield.
NEOSHIELD
El objetivo de este proyecto en el que intervienen expertos de Europa,
Rusia y Estados Unidos, liderados por el Instituto de Investigación Planetaria
(DLR) de la Agencia Espacial Alemana, es crear un súper escudo espacial que nos
proteja de eventuales choques de meteoritos gigantescos.
Diversos enfoques y estrategias plantean los científicos que trabajan
en esta iniciativa.
Una de las propuestas es crear un impactador cinético parecido a la
misión Deep Impact, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio
(NASA), de Estados Unidos, desarrollada en 2005 para obtener información de un
cometa.
Otra posible elección sería crear una especie de remolcador espacial,
el llamado Tractor de Gravedad, que consiste en colocar cerca de la trayectoria
del meteorito una nave dotada de propulsores iónicos.
La interacción gravitatoria entre el cometa y la nave espacial por
tiempo suficiente provocaría finalmente el cambio de órbita del asteroide
potencialmente peligroso para la Tierra. Tal iniciativa es analizada por el
Instituto Carl Sagan, de Palo Alto (California.
Una táctica que genera cierto escepticismo es causar una explosión
nuclear en la superficie de un asteroide, o en su proximidad, con el fin de
desviarlo o destruirlo.
Sin embargo, los científicos piensan que lanzar un objeto que golpee
la roca en el lugar exacto sería muy difícil y con resultados impredecibles.
Como son necesarios datos más confiables en ese sentido, ingenieros de
la agencia espacial rusa Roscosmos, partidarios de tal idea, investigan sobre
esa base.
ASTEROIDES
Los asteroides llegan a nuestro planeta con frecuencia, incluso
"llueven" provocando un espectáculo tan impresionante como el de las
Leónidas que ocurren regularmente en noviembre, o las Perseidas, también conocidas
como Lágrimas de San Lorenzo entre los meses de julio y agosto.
Cuando estos cuerpos hacen fricción con la atmósfera terrestre se
incendian y parecen una estrella, a la que muchos piden un deseo.
Visto así estos cuerpos extraterrestres son inofensivos y muy bonitos,
pero una vez al año un meteorito tan grande como un automóvil penetrará la
atmósfera terrestre y causará una bola de fuego espectacular, posiblemente sin
mayores consecuencias, estiman los expertos.
Cada dos mil años, uno de tanta envergadura como un campo de fútbol
puede golpear a la Tierra y causar importantes daños, y en pocos millones de
años es probable que un gigante de kilómetros impacte al planeta causando una
destrucción que ya tiene precedentes en nuestra historia geológica,
precisamente con la extinción de los dinosaurios y otros eventos anteriores a
ese.
Esa es la razón por la que miembros de NeoShield barajan varias
opciones para desintegrar o cambiar el rumbo de una posible amenaza.
"Vamos a recopilar toda la información científica con el objetivo
de mitigar un eventual impacto", dijo Harris.
"Al final de todo este proceso queremos ser capaces de decir a
los organismos espaciales: si están interesados en un programa para mitigar el
impacto de un asteroide, esto es lo mv/mor
* Periodista de
Prensa Latina
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